Hace un a?o, los pueblos del norte de Vietnam estaban llenos de actividad, con empresas que producían piezas para Apple y Google inundando la zona en busca de mano de obra. Sin embargo, ahora, estos pueblos de la región están tranquilos. Las grandes fábricas operadas por Samsung han reducido drásticamente su producción, y los empleados pueden trabajar solo un día a la semana. Los dormitorios de los trabajadores que ensamblan teléfonos inteligentes y auriculares de Apple ahora están ocupados solo a la mitad de su capacidad.
Esta recesión en la industria manufacturera tecnológica de Vietnam se debe principalmente a la disminución de la demanda mundial de productos electrónicos y a las dificultades para la adquisición de componentes. Con el fin del pico de la pandemia de COVID-19, los consumidores de Europa y Estados Unidos han reducido sus compras de teléfonos y televisores nuevos; la llegada de la inflación ha hecho que aprieten aún más el cinturón. Los nuevos pedidos y la producción de las grandes empresas electrónicas han caído a su nivel más bajo desde mediados de 2020. Esta situación no se limita a un país o región en particular, sino que se observa en todo el mundo.
Este cambio tiene un impacto particularmente profundo en Vietnam. Vietnam es una base de fabricación importante para los productos electrónicos a nivel mundial, y la industria de productos electrónicos es su principal sector de empleo. Samsung, por sí sola, emplea a aproximadamente 100.000 trabajadores en Vietnam, lo que ayudó a Vietnam a convertirse en el segundo mayor exportador mundial de teléfonos inteligentes en 2021, solo superado por China. Sin embargo, con la disminución de la demanda mundial de productos electrónicos, la industria manufacturera tecnológica de Vietnam está experimentando una crisis sin precedentes.
En Vietnam, una gran cantidad de trabajos de fabricación son proporcionados por marcas internacionales a través de la subcontratación, como Apple y Samsung. Esta situación ha permitido a Vietnam ocupar una posición importante en la cadena de suministro mundial, pero también lo ha hecho extremadamente dependiente del mercado mundial. Por lo tanto, si la demanda mundial cambia, el mercado laboral de Vietnam también se verá afectado.
Para la mayoría de los trabajadores desempleados, lo que enfrentan no es solo el desempleo, sino también el problema del sustento. En Vietnam, el salario promedio de un trabajador de la fabricación electrónica es de aproximadamente 300 dólares al mes. Aunque esto no es mucho en los países occidentales, en Vietnam es suficiente para mantener las necesidades básicas de una familia. Por lo tanto, el desempleo significa dificultades para ellos.
Para resolver este problema, el gobierno vietnamita ha comenzado a tomar algunas medidas. El gobierno ha puesto en marcha un nuevo plan de ayuda al empleo que ofrece formación profesional y servicios de asesoramiento laboral. Además, el gobierno también está impulsando una nueva normativa destinada a animar a las empresas nacionales a aumentar los salarios de los trabajadores para mejorar la productividad y reducir la dependencia de los mercados exteriores.
Aunque estas medidas pueden no resolver todos los problemas a corto plazo, al menos ofrecen una luz de esperanza a los trabajadores de la fabricación electrónica de Vietnam. En el futuro, con los cambios en el mercado mundial de productos electrónicos, Vietnam necesita encontrar una manera de que su posición en la cadena de suministro mundial sea más estable para reducir el impacto de los cambios en el mercado mundial en su mercado laboral.
En este contexto, el futuro de Vietnam y sus trabajadores de la fabricación electrónica está lleno de incertidumbre. Sin embargo, quizás sea precisamente esta incertidumbre la que impulse a Vietnam a encontrar un nuevo equilibrio que le permita obtener una nueva posición en el mercado mundial de productos electrónicos.
Situación preocupante en la industria manufacturera tecnológica de Vietnam debido a la disminución de la demanda mundial de productos electrónicos y a las dificultades para la adquisición de componentes. Las fábricas de grandes empresas electrónicas como Samsung y Apple en Vietnam han reducido significativamente su producción y sus horas de trabajo, lo que ha provocado un gran número de despidos o recortes salariales, afectando gravemente el desarrollo económico de Vietnam.