Recientemente, la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de los Estados Unidos publicó una nueva normativa que actualiza las políticas de dos empresas surcoreanas, Samsung y SK Hynix, en sus fábricas en China. Según esta nueva normativa, las fábricas chinas de ambas empresas se incluyen en la lista de “usuarios finales verificados” (VEU), lo que significa que en el futuro, estas dos empresas no necesitarán obtener una autorización adicional del gobierno estadounidense para suministrar equipos a sus fábricas en China. Esta medida ayudará a estas dos empresas a operar de manera más eficiente a nivel internacional, y también refleja la actitud abierta de Estados Unidos hacia la inversión extranjera bajo ciertas condiciones.
Al mismo tiempo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) también publicó una nueva versión de la guía de notificación previa de alimentos importados (cuarta edición), que entró en vigor el 13 de octubre. La nueva guía estipula claramente que, incluso si la FDA considera que el sistema de regulación del país de origen de los alimentos importados es equivalente al de Estados Unidos, esto no significa que los alimentos producidos en dicho país estén exentos del requisito de notificación previa al importarse a Estados Unidos. Además, si la FDA decide rechazar la entrada o retener para inspección los alimentos importados notificados previamente, el importador tendrá 5 días naturales para solicitar una nueva revisión a la FDA.
En cuanto a las relaciones internacionales, el gobierno de Estados Unidos anunció el 18 de octubre el levantamiento temporal de varias sanciones contra Venezuela, especialmente las dirigidas a su sector petrolero y gasífero, con una vigencia de 6 meses. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicó una declaración en la que afirma que, además de levantar la prohibición comercial secundaria, también se ha emitido una licencia general que autoriza las transacciones relacionadas con el sector petrolero y gasífero de Venezuela, así como con el sector del oro. Esta decisión significa que Estados Unidos está buscando mejorar sus relaciones con Venezuela, y posiblemente sentar las bases para una cooperación más amplia en el futuro.
En general, esta serie de acciones refleja la flexibilidad y apertura del gobierno de Estados Unidos en sus políticas exteriores y económicas, con el objetivo de promover el comercio y la inversión internacionales, al tiempo que realiza ajustes apropiados en las relaciones internacionales en momentos cruciales.